Tratamiento de madera

Los xilófagos, entre los que destacamos las termitas, la carcoma y los hongos, son causantes del deterioro de la madera estructural o decorativa de los edificios, es por ello la necesidad de un tratamiento de la madera.

Las termitas y las carcomas se alimentan de esta madera que sólo metabolizan en presencia de hongos desarrollados por la humedad.

La carcoma común es la que se ve habitualmente en muebles, parquet y pequeños elementos de madera y también elementos estructurales de edificios como vigas y marcos de puertas y ventanas.

Tratamiento de madera

Las termitas presentan una estructura social en comunidades formando termiteros; siendo las más comunes las de origen subterráneo, con termiteros de gran cantidad de individuos y las superficiales, llamadas de la “madera seca”, con termiteros mucho más pequeños, provocando ambas daños muy serios en estructuras y debilitando gravemente la madera de nuestras viviendas.

El tratamiento de la madera contra las termitas que utilizamos más habitualmente, es por medio de IGR (inhibidores de crecimiento) que se suministran mediante procesos de cebado, constituidos por celulosa. Otros métodos son los que constituyen barreras químicas perimetrales en suelos, paredes y muros para impedir el paso de las termitas practicando agujeros e inyectando el biocida apropiado.

En los tratamientos contra carcoma, utilizamos principalmente la aplicación por proyección de gel insecticida auto penetrante de última generación, que impregna el interior de la madera mediante la absorción de dichos geles, carentes de plazos de seguridad, que no huelen ni manchan o por inyección a presión de otro tipo de insecticidas en base acuosa.

Tratamiento fitosanitario

Definimos plaga fitosanitaria al organismo nocivo de cualquier especie o biotipo vegetal o animal o agente patógeno dañino a los vegetales o a los productos vegetales.

Los tratamientos fitosanitarios están destinados a proteger los vegetales o productos vegetales contra las plagas o evitar la acción de éstas, mejorar su conservación, destruir los vegetales indeseables o partes de vegetales, o influir en el proceso vital de los mismos de forma distinta a como actúan los nutrientes.

Entre las plagas más conocidas por su efecto destructor e implicaciones sanitarias, se encuentra la Procesionaria del pino, que afecta tanto al árbol como a las personas o animales que comparten su entorno.

Además existen otras como la Galeruca del olmo o la Oruga zurrón, que afectan a los vegetales, provocando su deterioro y constituyendo una molestia para los vecinos.

Existen varios métodos de aplicación de insecticidas fitosanitarios entre los que se encuentra la aplicación por pulverización, por inyección a baja presión o métodos físicos y de captura como las trampas feromonadas, etc.

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