Por medio de la desratización procedemos a controlar los roedores que causan daños en materiales y en edificios.
Además de los daños y pérdidas económicas que puede representar la presencia de roedores en un edificio, también pueden constituir un vector de transmisión de enfermedades a los humanos.
Un control integrado de plagas de roedores (ratas, ratones) debe comenzar con la eliminación de las posibles entradas al interior de las instalaciones y viviendas, y llevando a cabo un tratamiento adecuado con métodos físicos (trampas de captura), principalmente y químicos (rodenticidas).
Para el control de roedores, inicialmente realizamos un DIAGNÓSTICO DE SITUACIÓN INICIAL centrado en el estudio de la actividad y del entorno; planteando las características medioambientales; analizando las particularidades estructurales del edificio, que influyan en la posible entrada de ratas y ratones en nuestras viviendas e instalaciones. Es de vital importancia mantener limpio el entorno más cercano, tener pavimentados los sótanos y cuidadas las zonas ajardinadas y llevar a cabo hábitos saludables en cuanto a la gestión de basuras.
Posteriormente procederemos a la utilización de algunos de los métodos siguientes para la desratización:
>Barreras físicas para la desratización
Son básicamente preventivas y evitan la entrada y nidificación de roedores. Incluyen el cierre hermético de contenedores de residuos, la instalación de rejillas en conductos de aireación, sellado de bajantes sanitarias, de fisuras en fachadas y sifonado de desagües.
>Métodos mecánicos
Son trampas más evolucionadas que las clásicas ballestas, generalmente consistentes en un atrayente y un mecanismo de captura del animal.
>Métodos químicos
Biocidas (rodenticidas de 3ª generación consistentes en atrayentes alimenticios y anticoagulantes) y repelentes.
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